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Nuevo libro: Santa Furia

Este sábado habrá un nuevo libro mío en la calle. Este libro es especial porque es el primero que no autoedito. Esto significa que a una editorial le gustó lo que escribí y apostó por ello. No puedo estar más que contento. A continuación más detalles:

Presentación

Segunda presentación 2014. La Gota Microediciones celebra sus cuarenta y cinco títulos. El Sábado 21 de Junio, La Gota va a presentar sus tres nuevos títulos: "Lo importante es tener un plan", de Aníbal Txico; "(En) el sueño misterioso", de Celeste Catalano; y "Santa Furia", de Juanjo Conti. Como siempre, se trata de libros de pequeño formato, volviendo a las raíces del proyecto. Desde el año 2007, el editor, Gonzalo Geller, publica a autores de Santa Fe y la zona. Esta vez, tres autores que viven en Santa Fe ciudad, publican libros de relatos, que van desde lo experimental hasta lo fantástico, mostrando un poco del amplio panorama de la escritura santafesina de los últimos años. La presentación será el sábado 21 de Junio, en Uh Lalá Café, La Rioja 2945, a partir de las 21:30.

Comprar

En principio, la versión en papel podrá comprarse directamente a La Gota (el el puesto que suele armar en diferentes eventos culturales) o en la librería El Arca del Sur (Irigoyen Freyre 2935, Santa Fe).

La Gota

Para quienes estén en Argentina pero no en Santa Fe, pronto también se podrá comprar en la tienda de este blog.

El libro

El libro es una selección de cuentos escritos entre 2012 y 2013 (no aparecen en mis dos primeros libros de cuentos).

Santa Furia

Citas de cuentos del libro

De vez en cuando vuelvo por la noche. Todavía tengo mis llaves y no cambiaron la cerradura. --El departamento.
La niña pintaba, abstraída del mundo que la rodeaba, sin que las líneas ni la realidad la limiten. --Encuentro dominical.
Desde allí, a pesar de que la altura es poca, puedo ver gran parte de la ciudad. Me gusta mirar los techos. Ver como recortan la noche con sus antenas y con sus ángulos rectos. --Santa Furia.


Bonus track para Bolonqui

Anoche terminé de leer Bolonqui, un western tanguero, de compradritos de hace un siglo, a la espera de que el cometa Halley vuele la Tierra.

Una novela de Leonardo Oyola que, a lo largo de una noche, sigue las aventuras de Arístides, Amleto y Nicolita (dos chicos y un perro). Me gustó. Cuando me gusta un libro trato de dedicarle aunque sea unas líneas para no olvidarlo.

Bolonqui

Un bonus track, o souvenir, o easter egg. En la novela, el protagonista, Arístides, un chico de unos trece años, dice que aprendió lo que es el miedo. Para él, el miedo ya no es un hombre lobo o un vampiro. Conoció el miedo cuando vio a un hombre matar a otro. Oyola ya uso este recurso (aunque la verdad no se qué escribió antes) en el cuento José Vélez.

José Vélez


Goodreads review: Bolonqui (Leonardo Oyola)

https://viejoblog.juanjoconti.com.ar/2014/05...

Anoche terminé de leer Bolonqui, un western tanguero, de compradritos de hace un siglo, a la espera de que el cometa Halley vuele la Tierra.

Una novela de Leonardo Oyola que, a lo largo de una noche, sigue las aventuras de Arístides, Amleto y Nicolita (dos chicos y un perro). Me gustó. Cuando me gusta un libro trato de dedicarle aunque sea unas líneas para no olvidarlo.

Un bonus track, o souvenir, o easter egg. En la novela, el protagonista, Arístides, un chico de unos doce años dice que aprendió lo que es el miedo. Para él el miedo ya no es un hombre lobo o un vampiro. Conoció el miedo cuando vio a un hombre matar a otro. Oyola ya uso este recurso (aunque la verdad no se qué si escribió antes) en el cuento José Vélez.

Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/815589661

Multiviral - Calle 13

lengua

beso

boca

labio

niño

joven

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Multiviral


El día que me robé un chiste de Quino

Tengo doce años, o trece, o catorce. O, tal vez, diez. Estoy en esa sala de espera de dos por uno, paredes blancas casi totalmente cubiertas de diplomas, asientos de cuerina que rechinan y revistero con ejemplares de la década anterior.

Estoy solo, esperando. La sala tiene tres puertas. Una da a la calle y es por donde entré. La otra da al escritorio de la secretaría y la acabo de golpear. La tercera, desde la que viene un sonido agudo y eléctrico, el sonido de una pequeña rueda de piedra girando a muchas revoluciones, un sonido que se enciende y que se apaga a intervalos casi regulares, es la puerta que da al consultorio del dentista

Ahora se abre la segunda puerta, la de la secretaria. Liliana es joven y tiene rulos negros que siempre aparentan estar húmedos. Me dice que ya me va a atender el doctor, que cuando termine con la paciente que está viendo ahora sigue conmigo.

Viendo. Un eufemismo.

Tomo una de las revistas y paso, sin mirar, las páginas hasta llegar al final. Hasta las historietas. Hay una de Quino. Leo. Me río, pero no estoy seguro de que haya entendido del todo el chiste. Los chistes de Quino siempre tienen dos niveles. Uno superficial, con el que se puede reír hasta un chico de nueve años y otro, uno más profundo. Yo me concentro en esa otra parte. En tratar de entender el lado B del chiste. El lado que para ser comprendido necesita algo más que haber leído lo que dicen los personajes o visto el dibujo. A veces necesita que el lector haya leído cierto libro, o conozca tal pintura, o haya escuchado cierta noticia.

Arranco la página con el chiste y me la guardo en el bolsillo de la campera.

Estoy dejando la revista en su lugar cuando se abre la tercera puerta. Sale una mujer agarrándose la cara con la mano izquierda. Con la derecha, cierra tras de sí la puerta.

---Siguiente ---llaman con la voz de un dios mitológico unos segundos después.

Abro la tercera puerta e ingreso a ese espacio luminoso en donde una multitud de herramientas filosas cuelgan expuestas, expectantes, esperando a ser utilizadas. Sin mediar palabra, me acuesto dócil en el asiento reclinado.

Entonces me asalta un temor, una duda. ¿Me habrá visto el dentista cortar la hoja de la revista?

Busco sus ojos. Los encuentro, penetrantes, ojos de dinamita que me miran detrás del barbijo. No necesito ver las muecas que pueda hacer con su boca. Con los ojos le alcanza para decirme que fue testigo del momento en que le robé la historieta y la guardé en el bolsillo de la campera.

Intento levantarme pero no puedo. Estoy rodeado por él en su sillón en un flanco y por el brazo hidráulico que le sostiene las herramientas en el otro.

Me unta una especie de gel sobre la encía y luego me apunta con una jeringa el lugar exacto donde antes estuvo untando. Siento como la aguja se clava con fuerza y temo que la punta aparezca del lado de antro de mi boca. De la bandeja que sostiene el brazo hidráulico toma un par de herramientas metálicas que tintinean entre sí y, en mi desesperación, en las notas producidas por el azar, descifro una melodía fúnebre.

Ya no tengo dudas. Sabe de mi fechoría y me va a torturar hasta que confiese.

Empieza con un gancho que parece un anzuelo de pescador y lo introduce entre dos muelas.

---¿Duele? ---me pregunta con sádico placer mientras escarba con el instrumento.

Yo, que no puedo hablar por la anestesia, abro grande los ojos y emito un sonido gutural para decirle que sí, que me duele.

---Vas a tener que aguantar ---me dice sin mirarme, como única respuesta. Y con el pie acciona un interruptor que pone en funcionamiento una especie de torno de mano, su herramienta preferida. No puedo verlas, pero imagino que cuando el artefacto entra en contacto con mis dientes, una catarata de chispas saltan en el aire como si mi boca fuera la de un volcán en erupción.

Trato de resistir. Clavo las uñas de las manos en los posabrazos de mi asiento y doblo los dedos de los pies tratando de retenerme a la superficie de la Tierra. Nada es suficiente.

Adivino una sonrisa de placer bajo el barbijo. Esa visión y el sonido de la rueda que gira imparable rebotando contra mis dientes le ponen fin a mi resistencia. Exhalando me doy por vencido y confieso.

---Fui yo, yo me robé el chiste de Quino ---Pero las palabras no salen. Apenas un balbuceo que no logra atravesar las capas de saliva, sangre y dolor.

La secretaria Liliana entra al consultorio y me ve tirado, sangrando, a mitad camino entre la resistencia y la deshonra. Me doy vergüenza.

Se acerca a donde estoy. Desde mi posición solo puedo ver sus piernas. Hasta que se agacha y levanta algo del suelo.

----¿Esto es tuyo?

Mi botín. La página con la historieta. A presencia de prueba, la confesión ya no es necesaria.

---¿Te gusta Quino? ---me pregunta el dentista, y se baja el barbijo para que le salgan mejor las palabras.

Muerto de vergüenza ante la prueba que me condena, ya vencido, asiento con la cabeza.

---Si querés ---me dice---, cuando te vayas, fijate en el revistero. Creo que las revistas que están ahí tienen historietas de ese tipo. Llevate las que quieras. Y vos, Liliana, a ver si renovamos el catálogo, que ahí todavía hay revistas de cuando este era el consultorio de mi padre.


Hoy le entregaron a Quino el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Vaya mi humilde homenaje en forma de cuento. El texto lo escribí esta tarde como tarea del taller en el que participo. Es una primera versión, seguramente muy mejorable.


Regalo algunos libros vía Goodreads

Goodreads te sugiere, como una forma de conseguir revisiones para tus libros, que organices una "giveaway". Una suelta de libros.

El autor se compromete en enviar cierta cantidad de libros, usuarios de la red social se postulan para ganarlos y los elegidos, luego de recibir su ejemplar, pueden (no es una obligación) comentarlos/votarlos.

Me pareció una idea piola, así que durante un mes (ya van varios días), los usuarios de Goodreads pueden solicitar un ejemplar gratuito de Xolopes:

Goodreads Book Giveaway

Xolopes

by Juanjo Conti

Giveaway ends May 21, 2014.

See the giveaway details at Goodreads.

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  <a href="https://www.goodreads.com/giveaway/enter_choose_address/90121" class="goodreadsGiveawayWidgetEnterLink">Enter to win</a>


Xolopes impreso y a la venta

El día que me fui de vacaciones me entregaron los ejemplares impresos de Xolopes. A la vuelta empecé a repartirlos entre quienes lo habían comprando en preventa. Ya casi termino.

En la página del libro se puede comprar y leer más al respecto.

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Más fotos en el álbum de los lectores.


Los diarios secretos de Sigmundo

Hoy terminé de leer los diarios secretos de Sigmundo; un libro de casi 700 páginas que se me pasó volando. También es el primer libro del autor que no leo en papel.

Debo confesar algo. Tenía miedo de leerlo. Por el título, pensaba que iba a ser terriblemente oscuro, obscenamente explícito y redundante hasta el hartazgo. Me equivoqué. Es menos terrible que los libros que continúan la saga. Más allá de los pasajes que pueden espantar a un Ned Flanders como yo (si no está prevenido), el libro contiene mucha literatura. Más, me atrevo a decir, que en los libros que antecede (que también continúan el formato de diario secreto). Es más... ¡los diarios secretos son un manual de escritura!

A lo largo de sus páginas, el relator (además de sus historias entre bragas) va contando sus penurias y su lucha por convertirse en escritor. Se cae y se levanta mil veces. Y en sus intentos, se ve el surgir de una voz propia, de un estilo. Tan atractivo y adictivo que tienta imitarlo.

Leyendo para evitar pensar que estoy sobre toneladas de metal a miles de metros de altura Leyendo para evitar pensar que estoy sobre toneladas de metal a miles de metros de altura



Goodreads review: Diarios secretos de sexo y libertad (Rafael Fernández Ruiz)

Los diarios secretos de Sigmundo

Hoy terminé de leer los diarios secretos de Sigmundo; un libro de casi 700 páginas que se me pasó volando. También es el primer libro del autor que no leo en papel.

Debo confesar algo. Tenía miedo de leerlo. Por el título, pensaba que iba a ser terriblemente oscuro, obscenamente explícito y redundante hasta el hartazgo. Me equivoqué. Es menos terrible que los libros que continúan la saga. Más allá de los pasajes que pueden espantar a un Ned Flanders como yo (si no está prevenido), el libro contiene mucha literatura. Más, me atrevo a decir, los libros que antecede (que también continúan el formato de diario secreto). Es más... ¡los diarios secretos son un manual de escritura!

A lo largo de sus páginas, el relator (además de sus historias entre bragas) va contando sus penurias y su lucha por convertirse en escritor. Se cae y se levanta mil veces. Y en sus intentos, se ve el surgir de un estilo, de una voz propia. Tan atractivo y adictivo que tienta ser imitado.




Rating: 4/5

Original: https://www.goodreads.com/review/show/907491261