El último capítulo de Una muchacha muy bella

En el verano vi una publicidad en la que Eugenia Zícavo recomendaba la novela Una muchacha muy bella. De ese video me quedó una línea grabada en la cabeza:
Julián Lopez es también poeta, y es una suerte que lo sea, por que se le nota.
Meses más tarde lo vi al tal Julián en un festival de literatura en Santa Fe. No fui a ninguna de sus charlas, pero lo ví parado atrás de una de las salas y no pude evitar reconocerlo tras sus enormes bigotes; los mismos que saludan desde la solapa del libro.
Busqué información sobre la novela y encontré un audio de un programa de radio en el que parece que leen todo el libro. ¿Habrán dejado algo para el lector?
Hace unos meses que leo libros en el celular. También leo en papel, pero siempre tengo alguno cargado para poder leer en el banco o cuando espero que salga mi mujer del trabajo o en los semáforos largos.
La versión digital de la novela se vendía por cincuenta pesos. Nunca compré un libro digital, por lo que primero intenté conseguirlo de alguna forma "alternativa" en Internet, pero no tuve éxito.
El libro me acompañó por poco menos de un mes y me gustó mucho. Hace unos días leí el último capítulo y la suave poética en la voz de un niño cambió por el carraspeo de un hombre desconocido. ¿Qué hace ese hombre peludo de uñas largas a solas conmigo en una habitación oscura?