A las piñas con la ortografía

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Desde siempre me llevo a las piñas con la ortografía (mi mayor debilidad es confundir las s con las c e incluso con alguna z furtiva). De chico, en la escuela y en mi casa, me dijeron que la mejor forma para solucionar este problema era la lectura. Así fue que con avidez me entregué vorazmente a la lectura de cuanto libro caía en mis manos, con la esperanza de que, por ósmosis, la habilidad ortográfica se metiera en mí. No fue así y lo único que me quedó fue el gusto por leer.

Ahora bien, al querer dárselas uno de escritor, este defecto se hace mas evidente y es muchas veces vergonzante. Hoy, leyendo en el número 6 de Orsai, en la nota sobre Fontanarrosa, me llega un consuelo. Divinsky, su editor, cuenta:

El Negro era un tipo que estaba peleado con la gramática y, aunque leía muchísimo, la ortografía no se le contagiaba. Sembraba acentos como quien tira semillas en el campo y si le pegaba, le pegaba.

PS: si, llegó la Orsai 6 a Santa Fe.

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