El caballo y su niño

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Siguiendo en mi cruzada por leer los 7 libros de Narnia, les cuento que el domingo a la noche terminé de leer El caballo y su niño, el tercero en orden cronológico aunque el quinto en ser publicado.

La historia me gustó mucho y es muy fuerte la analogía cristiana que plantea.

Me gustó sobre todo la segunda parte, en la que se revela la naturaleza divina de la historia:

Yo era el león que te obligó a juntarte con Avaris. Yo era el gato que te consoló en medio de las casas de la muerte. Yo era el león que ahuyentó a los chacales mientras tú dormías. Yo era el león que dio a los caballos renovadas fuerzas sacadas del miedo para los últimos metros que faltaban, a fin de que tú pudieras alcanzar al Rey Lune a tiempo. Y yo era el león, que tu no recuerdas, que empujó el bote en que yacías, un niño próximo a morir, para que llegase a la playa donde estaba sentado un hombre, insomne a la medianoche, que debía recibirte.

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