Un día en el aeropuerto
Este post fue migrado de un blog hecho con Wordpress. Si se ve mal, dejame un comentario y lo arreglo.
El otro día estuve en el aeropuerto despidiéndome de mis papás que se iban de viaje.
En un momento me dieron ganas de usar el baño, así que fuí. A diferencia de otras veces en que había usado el baño, esta vez había dos guardas armados, uno de cada lado de la puerta. Cuando intenté entrar, uno me detuvo.
"NO", me dijo. Nada más.
Yo estaba en un apuro, a lo mejor por tomar mucho mate, por lo que volví a intentar entrar.
Uno de los guardas me agarró fuertemente del brazo y gritó "NO" otra véz mientras me empujaba fuera del baño.
Pregunté por qué no podía entrar. No respondieron. Corrí a otro baño en el aeropurto. Todos estaban custodiados por guardias.
Estaba parado cerca de uno de los baños cuando ví a un hombre entrando sin problemas. El hombre entró caminando y los guardias ni siquera se movieron. Pensé que ahora sí podría usar el baño.
Me empujaron tan fuerte que terminé sentado en el piso. No pude contenerme y dí un pequeño grito que llamó la atención de varias personas en el aeropuerto. Un hombre vino y me ayudó a levantarme.
Le conté al hombre que no había podido usar los baños. Ricardo, así se llamaba el hombre, me dijo:
"Por su puesto, no estás usando una camisa marca Armani".
"'¡¿Qué?!" exclamé "¿necesito una camisa marca Armani para usar el baño?"
"Si, bastante tonto, ¿no?"
Cada vez que alguien necesita de tecnología propietara (camisas marca Armani) para acceder a un servicio o un producto, nosotros, los usuarios de tecnologías libres (remeras) nos sentimos así, incluso los usuarios de otras tecnologias propietarias (camisas marca Calvin Clain) se sienten así.Actualmente la Biblioteca Pública de Boston, como la FSF informó, está haciendo esto bloqueando el acceso a los audio-libros mediante una forma de Gestión de Restricciones Digitales (DRM) que requiere que uses un software propietario provisto por un único vendedor. Podés unirte a la protesta enviando una carta o chequeando tu librería local.
Antes de irse, RIcardo me dió una hoja de papel que tenía unos dibujos. Luego de inspeccionarla me dí cuenta de que eran instrucciones así que las seguí.
El resultado fué una especie de cuello que cuando me lo ponía sobre mi remera la hacía ver como una camisa marca Armani. Ahora si podía ir y usar el baño.
Del lado de atrás de la hoja de papel había dos mensajes.
Una decía que podía usar el cuello todo lo que quisiera (ya sea para entrar a baños o para verme bien en una cita); podía también leer las instrucciones, estudiarlas y cambiarlas para adaptarlas a mis necesitades (bárbaro por que mi cuellos es un poco grande); podía ir a la fotocopiadora y hacer tantas copias como quiciera; a esas copias podía regalarlas o venderlas, como quiera (incluso estaba pensando en poner mi propio puesto de venta de estos artículos); por último mis cambios también podía darlos a otros, podía publicar las instrucciones en un pizarrón en el aeropuerto así todos podrían hacerse sus propios cuellos (cuando fuí a hacer esto ví que las instrucciones ya estaban publicadas, pero usando servilletas que se podían conseguir en el bar, impresionante).
Este es el equivalente al Software Libre como lo define la FSF.
Todo estaba bárbaro hasta que leí la última parte, era una advertencia, no una condición impuesta por el buén Ricardo:
"Bajo de actuales regulaciones del aeropuerto, usar este cuello es ilegal y castigado por la ley, tené cuidado."
Este es el equivalente a la ley norteamericana que prohibe usar Software Libre para escuchar los audio-libros. Bastante tonto, ¿no?.
Esta historia fué traducida del blog de Pupeno. Versión original (inglés).
Aclaración debido a: :-)
(14:54:58) adrianhector28@hotmail.com: che adonde se fueron tus viejos?
(14:56:03) adrianhector28@hotmail.com: eso es mentira
(14:56:16) adrianhector28@hotmail.com: yo entre con jeans y una remera pedorra en ezeiza y no me dijeron nada
Es ficción :-D
Comentarios
Comments powered by Disqus