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Choripanes

Hace un tiempo, un amigo norteamericano me preguntó qué eran las choripanes. Había estado leyendo en Wikipedia pero la idea no le quedaba del todo clara.

De Wikipedia en inglés:

Choripán (plural: choripanes) is a type of sandwich with chorizo invented in Argentina.[1][2][3][4][5]

Únicamente con el fin de satisfacer su curiosidad, este fin de semana hice una choripaneada (término a agregar a la Wikipedia) y le envié esta foto:

Choripán con pimiento asado y lechugaLos medios virtuales se siguen quedando cortos en algunos casos.


Asimov sobre la escritura y su reciente casamiento

Empecé a leer a Asimov en la universidad. Mi amigo César fue mi dealer por muchos años hasta que compré un par de sus obras. Algunos de los libros que me prestó fueron los que integraban la serie La edad de oro de Asimov (The early Asimov) con cuentos escritos en su juventud y La edad de oro de la ciencia ficción (Before the golden age) que recopila cuentos que leyó en su juventud.

Lo más interesante de esta serie de libros son los textos que hay entre cuento y cuento. Asimov cuenta anécdotas de cómo escribió el texto, en qué circunstancias,  cómo era su vida, como era el mundo de la ciencia ficción. Si el texto no es suyo da una opinión o habla de su relación con el autor.

En muchas ocaciones, estas anécdotas son más intereantes que los propios cuentos que anteceden. Son la autobiografía que Isaac Asimov siempre se negó a escribir. Hace un par de días recordé una de esas anécdotas, y es la de cuando Asimov se casó. Recordaba una frase que me había resultado muy graciosa:

Había sido buena idea darle a la máquina para pagarme los gastos del colegio cuando no tenía otra fuente de ingresos; pero ahora, ¿para qué habría tenido que escribir? Además, con seis días de trabajo, o sea, cuarenta y cuatro horas semanales, y el apasionamiento de un matrimonio reciente, ¿quién habría tenido tiempo?

Le pedí a César si podía encontrarme el libro donde estaba y a la vuelta de correo tenía estas páginas fotografiadas:



Luna de miel

Algunas fotos y notas de la luna de miel en México (Playa del Carmen y Cancún):

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Me casé

El 25 de febrero, 2 horas después del último post, estaba parando en el altar de la basílica de Guadalupe. El ambo negro que había comprado junto a la camisa cuello palomita, el chaleco, el plastrón y los gemelos alquilados lograban el efecto que quería: parecía Hug Grant en una de sus películas.

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Me caso

En 2 horas me caso. Así que no se asusten si no me ven on-line por un par de semanas.

En el próximo post, nado con delfines.

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Update: la foto de nado con delfines llegó un par de posts más tarde.


Backup de recuerdos

Hoy dedicamos gran parte de la noche a recuperar recuerdos. Estaban encerrados en discos externos que ya no andaban y en cintas magnéticas para las que no había lector.

Lo divertido del caso es que en nuestra vida digital vamos acumulando gigabytes y gigabytes de recuerdos, muchos se pierden con un dispositivo que se rompe y otros los salvamos en un backup casero: diquetes, unidades zip o discos externos. Cuando tenemos los recuerdos en el medio externo, al reparo del cataclismo en el que podría caer la máquina de la que los rescatamos, ya estamos tranquilos. La tranquilidad de que "siempre podremos recuperarlo" nos es mas valiosa y útil que el recuerdo en si mismo.


Honor ilustrado

Un amigo me mandó esta tarea que hizo la hija para la escuela. Es Genial.

Soy un pichón de Pescetti :)


Regalos en la era de Internet

Años atrás, en la infancia, uno se hacía regalos con los amigos. No esos juguetes caros e importados que nuestra madre compraba y nos entregaba en mano justo después de tocar el timbre en la casa del cumpleañero, sino regalos casuales, artesanías hechas con chizitos y palitos o amuletos de rama seca.

Además de que crecimos y que no me imagino a mi amigo Joel tocando la puerta para entregarme una réplica del David de Miguel Angél a base de frituras, Internet se metió en el medio de nuestras vidas. Una de sus consecuencias es que nos acelera al máximo; lo que antes era una tarde tomando mates hoy es pasarse un "mate virtual" por Facebook. Juntarse a ver películas un día lluvioso, cambió por "mirá este video en Youtube". Y así, todo se va transformando, incluido ese antiguo ritual de entregarse regalso entre amigos, sin valor económico pero con mucho valor emocional.

Hoy Joél me envió algo que es genial. Mi apellido apareció en un captcha.

Y es un regalo también, de esta era de Internet, contestar con un post.


La ceremonia del té

Hoy pasó por casa mi amigo César. La cita ya estaba pactada e incluso había habido algunos anuncios previos por Twitter. ¿El Motivo? Tomar té.

Mi amigo Juan BC de Córdoba me había enviado una caja de selectas infusiones para ayudarme a ingresar en el mágico mundo de este arte milenario. Juan tenía una forma de enviar la caja de Córdoba a Paraná, César vive en Paraná pero trabaja en Santa Fe, la conexión fue inevitable.

La caja llegó cerrada como la había enviado el brujo que la preparó y cuando la abrimos, además de una selección de tés en saquito, y té en hebras  con embazado industrial, había tres bolsitas de hebras que hubieran hecho sospechar a más de un despachante de aduana.

Las bolsitas "artesanales" contenían:

Por suerte, precavido, la noche anterior me compré un... ¿saquito de metal? ¿Cómo se llama el elemento donde se pone el té en hebras antes de agregar el agua caliente? Bueno eso.

La pava anunció que el agua había alcanzado la temperatura justa, apagamos la hornalla y llenamos una improvisada tetera. Había agua para 3 tazas medianas, así que calculamos que 6 minutos serían suficientes (y necesarios).

El debut fue con menta, té y chocolate. Los dos somos de tomar el té sin azúcar, pero lo acompañamos con unas tortitas negras.

Dentro de paquete también había 2 paquetitos Terra Patagónica de té en hebras (Rosehip & Red Flowers y Té con trozos de Manzana y Canela) y en saquito:

  • Twinings de varios sabores
  • Klass
  • inti zen
  • Dilmah

Ya voy a comentar qué tal resultan.

Para completar la historia, recordé que en la mochila tenía té que traje de Suecia. Casi un año después todavía estaba en el mismo bolsillo. 2 sobres bien empaquetados marca Four O'Clock (no muy sueco el nombre). No se que tal será, pero agregué uno a "mi caja de tés" y César se llevó el otro de regalo, junto a un Dilmah.

Muchas gracias Juan por el regalo!!